En el año 2015, llevamos adelante una profunda investigación en la que visitamos Panamá y Costa Rica, donde entrevistamos a cientos de personas de organismos de gobierno y habitantes del litoral costarricense.
Gracias a este trabajo, logramos obtener documentos que respaldaron categóricamente la conclusión de la Fuerza Aérea estadounidense y de la Fuerza Aérea Argentina: que el TC48 se precipitó al mar y no hubo sobrevivientes.
Los documentos que localizamos son los siguientes:
–Transcripción de las comunicaciones de radio de la operación de rescate (SAR) llevada adelante por la Fuerza Aérea estadounidense. Allí consta, a partir del 7 de noviembre de 1965, la recolección, minuto a minuto, de elementos pertenecientes a la aeronave argentina que flotaban en el mar del Caribe, tales como: 27 salvavidas con la inscripción “Prefectura Nacional Marítima” (hoy Prefectura Naval Argentina), gorras con los nombres del Capitán Jorge Santiago Horta y del Cadete Juan Carlos Santiago, y documentos personales del Cadete Oscar Vuistaz y del Cadete Julio Mario Pereyra.
-Bitácora del barco USS Dodge County LST-722, una de las tantas embarcaciones de la Marina de los Estados Unidos que participaron en la operación de rescate del TC48, donde consta la recuperación del pasaporte y certificado de vacuna del Cadete Julio Mario Pereyra en aguas del Caribe.
-Dos filmaciones en color realizadas por la Fuerza Aérea estadounidense durante la operación de rescate del avión argentino, obtenidas en 2017 gracias a la invalorable gestión del oceanógrafo José A Rivera.
En estas filmaciones se puede apreciar con total claridad la recolección de los salvavidas amarillos en el Mar Caribe y su posterior entrega a los oficiales argentinos del T43, entre los que se reconoce al jefe de la delegación, Brigadier Benigno Andrada.
Para esta Fundación no existen dudas que los restos del TC48 y sus 68 ocupantes descansan en el fondo del Mar Caribe.
Nuestro trabajo es definir áreas de búsqueda y escanearlas adecuadamente, de manera de ir descartando espacios. El desafío es no claudicar y seguir buscando hasta dar con el TC48 y su tripulación.